No me gustan las despedidas y más cuando son una injusticia. Llevo días pensando como despedir a Garaje Lumière, qué decir, que aportar...
Creo que sobran las palabras cuando la estúpida burocracia se ceba con quiere y puede...Y si de paso se da un nuevo toque a la Cultura mejor...
Arte, teatro, diversión, drama, entretenimiento, literatura, clásicos, nuevas propuestas, oportunidades, encuentro, belleza...Todo eso es Garaje Lumière. Una sala que cierra sus puertas, no sin antes luchar y prometer seguir haciéndolo porque no están solos.
Somos muchos los que arropamos y apoyamos a las salas teatrales madrileñas, espacios en los que el teatro se experimenta tan cerca que es imposible no ser tocado por su magia, lugares de amistad y encuentros, lugares en los que la cultura es una prioridad, lugares que jamás deberían ser cerrados...
Me resisto. No digo adiós sino HASTA LUEGO porque siempre queda la esperanza.